MAESTRO, VA POR USTED.

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Texto y Pintura, (por Jose María Jiménez)

Via Crucis (18-3-2011)

Cuando la lluvia cesó
y las nubes se marcharon

el Señor apareció
a hombros de sus hermanos
derramando su cariño
sobre la gente del barrio.

Detrás de los nubarrones
el cielo azul se ocultaba,
sin poderse contener
hasta el mismo sol lloraba
viendo al Señor caminar
por las calles de Triana.

Con su túnica bordá
iba quitando el sentío,
y su cabeza incliná,
en medio de aquel gentío,
se reflejaba al pasar,
sobre las aguas del río.

Sus ojos color de miel
y sus manos amarrá
bendecían a Sevilla,
cuando el puente fue a cruzar,
sobre la alfombra de flores
que iba pisando al andar.

Un Guadalquivir de plata
lo esperaba a su regreso,
con resplandores de estrellas
y mortecinos luceros
que admiraban su figura
recortada sobre el cielo.

Al llegar a San Gonzalo
el azahar reventaba,
esparciendo sus olores
los naranjos de la plaza,
mientras que Dios Soberano
estaba entrando en su casa.