Fotos: Diego Sánchez - pasionensevilla.tv
ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooDemostración apoteósica, si algo había que demostrar, que cuando La Esperanza pasea y está en la calle, no importan los recorridos, las calles, las avenidas, no importa si son al estilo de la Sevillanía más antigua, nueva o contemporánea.
Y si encima es por una noble causa y acompañar en ese día a los Angeles Celestiales que Sevilla tiene depositados en nuestra tierra, allá por la calle "Santa Angela de la Cruz", entonces ya la justificación es gloriosa.
Ella por si sola lo llena todo, y mucho me temo, que haberlos haylos, que pobrecito aquel que vaya a contemplar a La Macarena, y mire para otro sitio que no sea su cara, su belleza y su profundidad.
No cabe mirar el entorno, me da igual si la Señora está por Campana, por la Resolana, por la Avenida, o por la Cartuja, me da lo mismo, cuando Ella aparece, las miradas son solo para ella.
En La Macarena se dan unas circunstancias especiales que quiero compartir con todos ustedes.
En casi todos los pasos, los que me conocéis, sabéis, como muchos, que miramos mucho y en demasía "pa bajo", miramos a los costaleros, al capataz, los detalles, la banda, etc... entre otras cosas, miramos lo externo porque también entra dentro de nuestra afición y devoción, miramos el ambiente que nos gusta, el ambiente costalero y sus formas y maneras, igualmente entre otras muchas cosas.
Con Ella, todo me da lo mismo que lo mismo me da, menos Ella.
La miro a Ella estando en La Campana en noche de Madrugá, igual que la mire el Sábado pasado a la altura del Hospital, como la podría haber mirado entrando en el pabellón del Estadio.
Cuando tenemos a la Esperanza cerca queridos amigos, no se ustedes, pero solo me salen oraciones intimas y peticiones para los mios.
Es la Virgen de mi madre y la imagen que desde niño veía por cada rincón de mi casa. Es la Virgen de mis oraciones más intimas. Y desde Triana, cuando me tengo que confesar a la madre de Dios, lo hago con Ella, con La Esperanza Macarena. Así la siento.
Es distinta y diferente. Tal vez por ello sea La Esperanza de Sevilla.
Dios te Salve María. Llena eres de gracia Macarena.
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