domingo, 4 de abril de 2010

MIS SENSACIONES PERSONALES. (I PARTE)


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Y se cerraron las puertas de San Lorenzo, y con ellas, una nueva Semana Santa. Se acabo. Las ilusiones de todo un año llegaron, y en un suspiro, se marcharon.
Y en el camino, dejaron éxtasis de júbilos y lágrimas de rabias y dolor, de todo. Extremos que hacen que se magnifique la magia y el encanto de éste veneno, afición y sentimientos devocionales que nos apasiona y nos embarga.

Mi Semana Santa pasada está llena de vacíos. Me invade la ausencia dejada en mis articulaciones de un paseo triunfal en mi Soberano Poder de San Gonzalo.
De disfrutar con mi primo Jesuli de todo un Lunes Santo de sensaciones. Con Bienve, con Gonzalito, con mi primo Javilin, con mi gente del Soberano. Con todos y cada uno de esos costaleros del Soberano que trabajan y sienten la cuadrilla de recorre mi sangre. Con Manolito. Con mi Barrio, con mis amigos, con mi Virgen de La Salud.

Pero El no quiso y por algo seria, no hay más vueltas. El año que viene volveremos a estar allí si Dios lo quiere, y volveremos a disfrutar sufriendo.

Toda mi Semana Santa ha estado marcada por ésta ausencia.
Pero también ha estado llena de momentos mágicos y brillantes.
La semana empieza con el más alto orgullo y honor costalero. Trabajar Herodes, con Manué y Antoñito Villanueva, es sentirte lo más parecido y cercano a las puertas celestiales del cielo costalero.
Es olor a otros tiempos, a cuadrilla de antaño, a retrotraer en el tiempo y sentir que estás en La Puerta Osario con esa gente de la que aprendimos todos. La impronta y manera que marcan Los Villanuevas es mi mayor privilegio, dentro, del alto honor que tenemos los costaleros, que vamos donde queremos, hacemos lo que nos gusta, y disfrutamos de nuestra afición. Pero eso sí, con éstos tíos, soy tracatra en alma y devoción.
Y mi cuna se llama Herodes, forjada en más de dos décadas que dejan marcado a hierro la tradición y el espíritu de costalero.

Y se disfruto del paseon gordo del Domingo de Ramos. Otro año más. Debajo de esos palos el costalero se siente más costalero. Escuchar a Antoñito mandando y su insultante quietud es especial, la confianza que éste niño transmite inspira al costalero. Su valentía y su descaro en las delanteras de los pasos son de otra generación. Y con su Padre al lado, el Maestro, se rompen los moldes. No existe mejor simbiosis. El pasado presente, y el presente más inmediato. No tengo compás, son los mejores. Son Tracatra.

Y cuando termina San Juan de la Palma, mi mente solo piensa en Soberano, solo en Soberano y nada más que en Soberano. Y paso lo que todos sabemos ya.... no insistamos más en la herida de la ausencia.
Solo un recuerdo para los buenos amigos del Tiro de Línea y sumarme a su dolor, Cofradía de mucha categoría y buenos costaleros que pasarían un rato muy desagradable por el liquido elemento. Llamadas recíprocas que existieron para vomitar la rabia contenida y desear todo tipo de suertes y olvidar lo vivido. Mi cariño para ellos.

Y llego el Martes Santo, porque mi Lunes Santo termino en el mismo momento que se desaparejan los avatares de mi Paso y todo se volvió frío y en soledad.
Para casa, pijama, clinex a granel y televisión, no quería estar en la calle, ni copas ni ver a nadie, quería que pasara y amaneciera un nuevo día.

Y amaneció. Y junto a mi compadre Espartano nos dirigimos a ver una cuadrilla de pellizco costalero y raza, a esos buenos tíos que trabajan por derecho el Paso del Santísimo Cristo de Las Almas de Los javieres. Que el costalero también se siente costalero viendo trabajos buenos y de categoría, y allí, en la calle Trajano, y viendo andar y venir ese paso también se disfruta.

Y disfrutar también en la delantera del paso del Pilatos de San Benito, allí que mi gordito Antoñito Hortal nos metió en esa marabunta humana para deleite de peinetas que volaron al cielo viendo el trabajo portento en el monumento a Sor Ángela. Soy peinetero y me gusta. Y me gusta el paso y me gustan los izquierdos. Y me gustan las cuadrillas valientes. Y me gusta el olor a Barrio y a sentimientos que ésta gente llevan. Me encanto y disfrute.

El Martes Santo me dejo dos ausencias. La visión de Santa Cruz por sus callejuelas y todo su encanto y aroma a una Sevilla en blanco y negro, y los ternos negros de Los Villanuevas que ese día no trabajan Cofradías, que también se disfruta viendo mandar a ésta gente.

(Continuará)

1 comentario:

Cautivo dijo...

Gracias por tus palabras de aliento y que se hagan recíprocas desde Santa Genoveva hacia tu persona.

Recibe un fuerte abrazo.

El año que viene volcamos la ciudad con el Cautivo que un pelín más tarde visita a Caifas y se hace aún más Soberano su Poder