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El Sábado Santo lo volví a sentir. Igual que ayer. Con la sana envidia de recordar tantos años debajo de sus trabajaderas. La mejor forma de despedirse de las cofradías de la semana trabajando y disfrutando. Sentirse costalero en Los Servitas es sentir el peso de la esencia mas Sevillana y tradicional. Las exquisitas maneras de una cofradía de abolenga estampa, que fiel a su personalidad, llena de aromas y sabores con olor a tiempos pasados la tarde-noche del Sábado Santo.
Y con ella, su extraordinaria cuadrilla de costaleros. Obediente y presta para darle mayor encanto al paso de la cofradía. Sentir y escuchar esos tambores que doblan dolor, las sinfonías que velan el andar categorico de sus costaleros sobre la muerte del Señor. El sonido de sus silencios. Y un Villanueva al frente de tan magna sobriedad, es sencillamente, un regalo para las sensaciones de despedida.
Lo volví a disfrutar, por fuera, al lado del paso. Tranquilo y sin apretones. Cofradia de otro siglo. Mi querido José Manuel Betanzos desde el zanco derecho me hacia recordar el perfume de aquellos tiempos. Ver a Carlos Villanueva de contraguia en Los Servitas es dejar en evidencia a lo que uno esta acostumbrado a ver en la mayoría de las cofradías.... que difícil es hacer fácil el trabajo!!!! Que bonito fue verlo trabajar desde la trasera en plena calle Imagen y retirado metro y medio de la manigueta corrigiendo la verticalidad del paso. A los mandos los niños, Antoñito y Carlos, ná es ná tracatra. Y Manué en el relevo para que todo se haga perfecto. Nada es casual, por eso las cosas son como son. Y así todo el día. Continua rotación en el martillo y en la trasera. Categoría y nobleza. Con Fabiani y Arturo de privilegiados hombres de Los Villanueva. Da gusto ver así las cofradias, Da gusto volver a recordar tantas sensaciones, y en el recuerdo, tanta gente que ya no estan....
Sábado Santo, Servitas, Cuadrilla obediente y Villanuevas. No existe mejor despedida. Enhorabuena.
Y con ella, su extraordinaria cuadrilla de costaleros. Obediente y presta para darle mayor encanto al paso de la cofradía. Sentir y escuchar esos tambores que doblan dolor, las sinfonías que velan el andar categorico de sus costaleros sobre la muerte del Señor. El sonido de sus silencios. Y un Villanueva al frente de tan magna sobriedad, es sencillamente, un regalo para las sensaciones de despedida.
Lo volví a disfrutar, por fuera, al lado del paso. Tranquilo y sin apretones. Cofradia de otro siglo. Mi querido José Manuel Betanzos desde el zanco derecho me hacia recordar el perfume de aquellos tiempos. Ver a Carlos Villanueva de contraguia en Los Servitas es dejar en evidencia a lo que uno esta acostumbrado a ver en la mayoría de las cofradías.... que difícil es hacer fácil el trabajo!!!! Que bonito fue verlo trabajar desde la trasera en plena calle Imagen y retirado metro y medio de la manigueta corrigiendo la verticalidad del paso. A los mandos los niños, Antoñito y Carlos, ná es ná tracatra. Y Manué en el relevo para que todo se haga perfecto. Nada es casual, por eso las cosas son como son. Y así todo el día. Continua rotación en el martillo y en la trasera. Categoría y nobleza. Con Fabiani y Arturo de privilegiados hombres de Los Villanueva. Da gusto ver así las cofradias, Da gusto volver a recordar tantas sensaciones, y en el recuerdo, tanta gente que ya no estan....
Sábado Santo, Servitas, Cuadrilla obediente y Villanuevas. No existe mejor despedida. Enhorabuena.
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Que orgulloso nos sentimos los costaleros de tú padre de poder decir y sentir que hoy somos tús costaleros Antoñito!!!!
Siempre tracatra.
Siempre tracatra.
1 comentario:
Ole tu y tu sabiduria para expresarte!! Cuanta verdad Miguel Angel. Un Abrazo. Mané.
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