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Otro año más y todo diferente, una mañana de calor, el ultimo domingo del mes de agosto, es el día de La Virgen de La Salud, su día, el día de la que habita en el Barrio León, la Reina de los hermanos de San Gonzalo.
Hoy, en su día, no existen costales ni cornetas, no hay listas de tramos, no se ven capirotes ni espartos, las bambalinas se adivinan solamente en sueños lejanos de Lunes Santo, no existen bullas alrededor del paso, hoy Ella no tiene capataces delante, no hay varas ni horarios, en está mañana de agosto, La Virgen de La Salud tiene lo mejor y mas grandioso que puede tener, la celebración de su onomástica y la compañía, desde el corazón, de todos los hijos que quieren estar junto a Ella.
Allí vamos para acompañarla, para besar sus manos, es el día que muchos hacen un paréntesis en sus vacaciones y cual tradición histórica, o como si lo fuera, vuelven de las playas para estar con Ella en su día, otros, los que la empiezan, aplazan la partida hasta besar sus manos.
En estos tiempos de pandemias y vacunaciones, de temores y miedos, de consejos y recomendaciones, a mi Virgen, no le faltaron sus besos, no le faltaron sus devotos, su calor y su gente, no le faltaron las primorosas manos de sus priostes para rodearla de flores, las de su vestidor para ponerle sus mejores joyas, hasta no le faltaron en su día las emociones de la despedida de dos de sus sacerdotes, Felipe y Urbano, y que como ellos dicen, así es la vida de la Iglesia, la de predicar vayas donde vayas el evangelio, ahora aquí y mañana Dios dirá.... que La virgen de La Salud os proteja y os bendiga en vuestro próximo destino.
Felicidades Madre y Reina de la Salud de San Gonzalo.
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