BARBEITO Y SU PREGON PARTICULAR. (MI VISION, CON PERDON).

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(Foto: pasionensevilla.tv)

Su pregón. El pregón de un poeta que reboza miel y azucenas en cada una de sus palabras. Comprometido, hondo y de purezas. Autentico y magistral manifiesto de una calidad literaria brillante. Su pregón y sus dudas, las de un valiente que puso el alma en el atril y le contó a Sevilla las andanzas de un muchacho del campo y su más intima homilía personal.

Ni un pero, es más, perfecto en su pluma, y perfección en la dicción, y sobre el mensaje, inconmensurable.

Un paso más en la historia donde nada paso desapercibido, ni en el fondo, ni en las formas.

Soy un admirador confeso de Barbeito, me encanta lo que escribe, como lo escribe y como lo canta, como es capaz de pellizcar el alma con esa voz barroca que tanto sabe de silencios y de aromas.

Pero.... he leído un titular en el que estoy de acuerdo con su contenido, y dice, "Barbeito nos debe otro pregón".

Y estoy de acuerdo, porque, independientemente de la celestial cátedra intimista y profunda que nos ofreció ayer el maestro, el pregón de la Semana Santa de Sevilla es -bajo mi punto de vista- cantar, contar y abrir las puertas de lo que una semana mas tarde está por llegar. Es pregonar desde el orgulloso atril que ofrece ser la voz de un pueblo, la Pasión de Cristo y María en la Semana Santa de Sevilla, la de sus hermandades, sus Cristos, sus Vírgenes, sus rincones y sus olores, su música, sus latidos, los capirotes y costaleros, los barrios y los sentimientos, las bambalinas y nazarenos. De costeros de ensueños, de izquierdos por delante, de pasos largos, finos y elegantes, de sentimiento de abuelas y de madres, de Iglesia, de caridad y de capillitas, etc etc etc....

Todo está inventado -incluido el pregón- y Sevilla, tradicional en sus formas, costumbres y maneras, esperaba también la propia esencia del mismo.

Cuesta digerir no escuchar hablar de "la mía", o de la Esperanza, ya sea, Macarena por Resolana, Triana por Pureza, Trinitaria por Campana, etc..., o escuchar y poder cerrar los ojos y contemplar de forma imaginaria como el Señor de Sevilla, El Gran Poder, nos bendice a su paso a través de las palabras del pregonero. O del Cachorro, o de la Amargura, o de San Bernardo, o del Cerro, de todas, que para eso, cada uno está pendiente por escuchar "la mía".

Mi estimado y respetado Barbeito, enhorabuena, posiblemente se haya escuchado la mejor pieza literata y llena de contenidos que la historia haya vivido, pero ayer, y condicionándole, a lo que es el pregón de la Semana Santa de Sevilla, con todo mi cariño y todo mis respetos, no lo vi ni escuche por ninguna parte.

Es por ello, que tal vez sea cierto el titular, usted nos debe otro pregón, ese que todos sabemos y presentimos que bien pudiera ser recordado por siglos y épocas, porque de lo que no cabe duda, es de su exquisito mimo a la hora de escribir, y a la hora de transmitir.

Un fuerte abrazo pregonero, enhorabuena por lo de ayer, magistral, pero ahora toca anunciar y proclamar la Semana grande de la Hispalis, sus pasos, sus globos, sus niños y su llegada.

Dios le bendiga.