domingo, 12 de abril de 2009

CRONICA DE JOSE GALIANO BREVAL.


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Cuando llegas a los 23 años debajo de los pasos, creo que entenderás por tu propia experiencia, que tenemos que disfrutar de cada una de las chicotás, levantás y relevos como si fueran los últimos de tu vida como costalero.
Este año he vuelto a tener la suerte de ir debajo de dos de los pasos de palios que más encanto tienen para mi, Mi niña del Arenal Guadalupe y la Señorita de Triana, la misma Madre de Dios, pero muy distintas e incomparables.
El Lunes Santo, como La Virgen de Guadalupe , disfrutando de la esencia de ese capataz asolerado de los que ya pocos quedan en Sevilla, un corazón tan grande y esa forma antigua y valiente de mandar los pasos, todavía recuerdo cuando levantó el paso de palio a la música, como lo hacían los antiguos, te podrá gustar más o menos, pero él es así y nadie lo podrá cambiar.
Ese caracter alegre, no está reñido con llevarla de forma clásica a los sones de Margot, Solea dame la mano, Memoria Eterna, Mater Mea, Cachorro y otras marchas de corte fúnebre con el que este año algunos decidieron que debería acompañar a nuestra Niña.
Bajo mi punto de vista, creo que no debemos caer en excesos y sobre todo a i Virgen de Guadalupe le pegan marchas con caracter alegre y de calidad.
El viernes tocaba pasear a esa Señorita que sale de la calle Castilla, muchas veces he dicho que este paso de palio junto con el de La Macarena y Dulce Nombre, son de los paso de palio que mejor movimiento tiene, que paso de palio, tan impresionante y que forma de llevarla tan elegante y señorial, dura la pelea por las horas en la calle, pero agradecido y orgulloso de ser su costalero, grandes compañeros y un capataz al que le auguro un gran futuro, ahora todavía tapado por la figura de su padre, pero con gran proyección.
A todos los costaleros que ahora empiezan, sólo decirle que par mi al margen de las cualidades físicas que todos tenemos que tener y mantener (es curioso que una tarde de la pasada Cuaresma ocupábamos medio gimnasio algunos costaleros entrenando y hasta capataces), es muy importante mantener la discreción y la humildad, porque esto no es un deporte ni un pase de modelos, de mis antiguos compañeros aprendí a sufrir con ellos a trabajar callado y sobre todo a ser obediente, dejándome aconsejar y a aprender cada día...
Agradecido por permitirme entrar en tu casa.
Un saludo


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1 comentario:

Miguel Angel Oliver dijo...

Gracias por dejar tu cronica.