MI LUNES SANTO.

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Amanecida de Viernes Santo en pleno día grande del Barrio León. ¿Señor, sabes que es Lunes Santo hoy?. Algo habrá pasado por allí arriba para que El se pusiera a derramar lágrimas en forma de lluvias y los nervios atenazaran los sentimientos y la peor de las pesadillas que estaban por venir.

Este año era un poco especial. Rompía mi tradicional Lunes Santo. Yo, que soy de rituales anuales, vivía mi Lunes Santo de distinta manera. Cambiaba mi sopita de fideos de la Encarna, los filetes posteriores, el ibuprofeno de postre celestial, y mi posterior sentada en el sillón del Bienve calmando los taquicardicos momentos de la espera, allí en el Palacio del Barrio León, en cá el Bienve.

Y era por una causa que me hacia feliz. Y era por la ilusión de un niño que salia por vez primera de Nazareno en San Gonzalo. Y se vestía en mi casa, y conmigo, de la mano, como hiciera mi sobrino Alejandro de pequeño, vendría conmigo hasta las filas de su tramo. Y en la ilusión del niño, la mayor de sus padres, y por mi amigo David y su esposa Mari Carmen, -que me han demostrado tanto y tanto cariño que jamas podre agradecerles tantas cosas... por sus desvelos y preocupación-, prepare y viví mi Lunes Santo esperando un día glorioso y radiante....

Ellos contemplaron en mi casa las horas previas. No daban crédito. Mis nervios y mis cosas.... ya sabéis. Y es que el día que deje de estar así, sabré que me ha llegado la hora por la falta de ilusión. Son los mismos nervios que el primer día. Las mismas sensaciones, el mismo sufrimiento de angustia de que pasen las horas, meterme debajo, escuchar a Manolito, pegarle un potoma fuerte parriba, y se acabaron las tonterías, todo en su sitio encajao.

Y ya de camino hacia la Iglesia mal presagio. Un costalero agarrado de la mano del niño nazareno andando hacia el lugar soñado y la lluvia que empieza a caer. La estampa es la mas cofrade.... La gente de los bares encajonaos en las fachadas, las mujeres con sus paraguas, el cielo encapotao y nosotros dos empapaos.

Llegamos y lo dejo en su tramo con las ordenes de que ni se mueva en caso de lluvia de su sitio, que ya iría yo a buscarlo, que conversación de Lunes Santo!!! ufff...

Y las sensaciones de mal en peor. Caras largas y frías. Ni besos ni abrazos. Los pasos esplendidos para ser paseados y todo en su sitio... menos el sol y el calor de Lunes Santo. Van llegando costaleros y legiones de colas blancas y se parte el alma de dolor en los gestos de las caras de los mas pequeños. Los hombres de las sudaderas burdeos se apoyan en las paredes desconsolados. Cada uno en su soledad, con sus pensamientos. Va pasando el tiempo y se hace interminable porque la lluvia aprieta en forma de leña gorda y chaparron. Y a esas mismas horas tendríamos que estar con el gorro puesto y fajaos. Y todo estaba igual, costales en las bolsas y fajas enrolladas en el brazo. Malo...

Sonrisas forzadas y nerviosas. Y llega la noticia. La Junta de Gobierno reunida decide la suspension de la Estación de Penitencia por la inestabilidad del tiempo. Y el alma rompe sus emociones. Tíos como trinquetes llorando como niños, igual que los mismos niños nazarenos, de la misma manera y desconsuelo. Los de las sudaderas burdeos lloramos de rabia, de dolor, de tristeza... uff... es muy fuerte. Sueños que se rompen y desvanecen en segundos. Se te cae el mundo a los pies. Te entran ganas de gritar y gritar y te preguntas el porque de estas cosas. y todo eso se "vomita" con lágrimas salidas del corazón mas verdadero y de la pena mas amarga.

Mi primos Jesús, Gonzalito, el David, llorando manantiales de océanos. Caras desencajadas. Antoñito, Javilin, todos nos abrazamos y rompemos la ansiedad de la decisión. Franito, Abraham, Angelito, Cristóbal, Rafa, Romu, Carlitos, Cheto, nos invade la amargura de la impotencia. Bienve se quita de enmedio roto en su dolor. Guillamon, Canina, Huesca, Arturo, Amador, los sueños se desploman. Gustavo, Pollerito, Wali, Caballos, Remero, todo es desagradable y rabioso. Llanos, Paleti, Caoba, Luismi, Víctor, Quique, buscan respuestas a las preguntas del corazón.
Manolito Garduño ausente, repartiendo calma desde su coraza, y con su dolor encerrado en lo mas profundo de sus sentimientos. Manolito Alonso, La Vieja, que este año tenia tantas cosas por pedir....
Y me siento orgulloso de ver a tíos costaleros como Betanzos o como El Cachorro, entre otros muchos, con la pena del dolor mas amargo, las palabras de Betanzos, un costalero curtido en mil batallas y que siente San Gonzalo en lo mas adentro de su espíritu, desencajado y abatido. ¿Que tiene San Gonzalo que tanto engancha? en José Manuel Betanzos existen muchas respuestas a ello.

Y todo se acabo. Y desde aquí reiterar mis respetos a la Junta de Gobierno, mi emocionado abrazo de calor. Muchas voces afloran ahora, pero no hubiera yo querido estar en el pellejo de estos hombres que tienen en sus manos la sensibilidad de dos millares de hermanos. Y la responsabilidad de saberse participes de una hermandad donde existen muchos, muchisimos niños, que son el mas preciado de los bienes intimos. ¿Los Pasos? no, los niños!!!.
Y si nadie ofrecía garantías de un día sin lluvias, se tomo la mejor de las decisiones. Dolorosa y triste, pero acertada. ¿Precipitada?, no lo se. De lo que estoy seguro y convencido es que ellos eran los primeros en desear plantar la Cofradía en la calle y sino ha podido ser es que las informaciones requeridas no aconsejaban lo que el corazón demandaba. Y eso, en San Gonzalo, entre tantos críos, es de agradecer en un ejercicio de cordura y madurez.

Vuelvo a casa y pienso en ver Cofradías que nunca antes he visto en la calle. Llamadas a mi compadre para salir a ver cofradías. No conozco el Lunes Santo. Pero... cuando llego a casa y siento que es Lunes Santo y me veo vestido de costalero y amargado por las circunstancias, miro a mi alrededor y le digo a Lola, "Sopita y pijama, no voy a ningún sitio, esto se acabo hoy".

Este ha sido mi Lunes Santo amigos. El año que viene nos espera.